Y disparas donde sabes que haces daño, y en el campo de batalla quedan muertos los minutos que perdemos. Tú me dices, yo te digo, y así acaba nuestra guerra cotidiana, esta guerra sin cuartel que nadie gana ¿Porque hablamos y no usamos ese tiempo en darnos nuestros besos? En pintarnos con las manos las caricias que queremos, y que no nos damos, porque siempre hablamos de lo tuyo y de lo mío, del pasado y los culpables mientras muere otro minuto...
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